Esa postura del auditor general fue reprobada por Víctor Molina Barrón, administrador de empresas con estudios superiores en fiscalización y rendición de cuentas, quien también contendía por el cargo y por segunda ocasión quedó al margen.
En entrevista, Víctor Molina lamentó que Portilla Vásquez esté por cumplir siete años en el cargo y busqué mantenerse otros siete, “¡pues ya que se quedé ahí otros 500 años!”
De su análisis hecho a la situación actual del Orfis, del cual fue fundador y colaboró en la redacción de su Código de Ética, observa que a punto de cumplir 20 años, en el Orfis persiste la opacidad.
Por ejemplo menciona la retención que hace el órgano fiscalizador a los constructores de “cinco al millar” equivalentes a unos 30 millones de pesos anuales, y que en siete años superan los 210 millones de pesos, “que no sabemos en qué se aplicaron, tenemos que saber a dónde se destinaron, se supone que esta retención es para la supervisión y vigilancia de una obra.
También recuerda que en todo sistema democrático las instituciones tienen la obligación de cambiar a sus titulares y fomentar la renovación, “por salud, simple y sencillamente”.
Sin embargo, “vivimos en un mar de corrupción, ya basta, hay que hacer las cosas diferentes porque el que hace las cosas igual va a obtener los mismos resultados, eso lo dijo Alberto Einstein”, agrega.
Y se extiende: “Es preocupante lo que está pasando en nuestras instituciones porque no hemos podido parar la corrupción, tenemos muchas entidades fiscalizadoras: el Sistema Nacional Anticorrupción, la Secretaría de la Función Pública, la Auditoria Superior de la Federación, las contralorías de los estados, los órganos de fiscalización en los estados, los institutos de transparencia, los órganos internos de control, los códigos de ética y de conducta y aun así, con todos estos organismos no hemos podido parar la corrupción, la corrupción sigue siendo la misma y tal vez hasta peor, entonces, necesitamos hacer un cambio y meternos mucho a la cultura de la legalidad”.
También, dice Víctor Molina se debe atacar el nepotismo en las instituciones, plagadas por hombres y mujeres, quienes, al asumir un alto cargo, “de inmediato quieren meter a trabajar a toda su familia”.
Por último, confío en que esta vez el Congreso del Estado no se vuelva a equivocar en la designación del nuevo auditor general como ocurrió en 2012, y ahora se nombrará a quien tenga la mejor experiencia en la fiscalización y rendición de cuentas. Para ello, dijo, se debe hacer de lado “la política a la antigüita” y dejar de pensar en nombrar a su gente, en detrimento de los hombres y mujeres más capaces.