Elizabeth Hernández

La activista y saxofonista oaxaqueña, Elena Ríos, denunció un atentado en su contra mientras viajaba hacia Oaxaca el pasado viernes 15 de septiembre. En un comunicado publicado en sus redes sociales y ampliamente difundido, Ríos detalló los eventos que tuvieron lugar durante su travesía hacia su estado natal.

El incidente ocurrió en la carretera que conecta la Ciudad de México con Oaxaca, cuando Elena Ríos se encontraba en su vehículo. Según su relato, fue perseguida por individuos desconocidos quienes, en un acto de intimidación, realizaron varias detonaciones en contra de su automóvil, y en compañía de elementos de seguridad que fueron asignados por el Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos del gobierno federal.

La publicación de Elena Ríos, ampliamente compartida en las redes sociales, describe el ataque como un intento de asesinato y una clara amenaza a su vida. Afortunadamente, la activista logró escapar del violento encuentro ilesa, aunque profundamente traumatizada por la experiencia, aunque lamento que sean las propias autoridades quienes “difundan y tergiversen información tan delicada”.


El incidente ha generado una ola de indignación y preocupación en la comunidad oaxaqueña y en todo México. Elena Ríos es conocida por su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la promoción de la cultura oaxaqueña a través de su música. Además de haber sobrevivido a un ataque de ácido. Su valiente labor ha destacado temas como la justicia social, la igualdad de género y la preservación de la identidad cultural.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos, activistas y algunas figuras públicas han condenado enérgicamente el atentado contra Elena Ríos y han exigido a las autoridades competentes una pronta investigación para identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia. La seguridad de los activistas en México es una preocupación constante, y este ataque pone de relieve la urgente necesidad de garantizar su protección.

Hasta el momento, las autoridades mexicanas no han proporcionado información sobre la investigación en curso ni sobre posibles sospechosos en relación con el atentado.

La activista reiteró, en su comunicado, el compromiso con la causa por la que lucha y su determinación de continuar su labor en favor de los derechos humanos y la cultura oaxaqueña a pesar de las amenazas a su seguridad personal.

Este atentado es un recordatorio más de los riesgos que enfrentan los activistas en México y la necesidad de una respuesta eficaz por parte de las autoridades para garantizar su seguridad y protección. La sociedad civil y la comunidad internacional deben seguir atentas al desarrollo de esta situación para exigir justicia y respeto por los derechos de quienes luchan incansablemente por un mundo más equitativo.