Activistas y buscadores de personas denuncian la falta de respuesta efectiva ante la creciente problemática en el estado
Elizabeth Hernández
En medio de la creciente crisis de personas desaparecidas en el estado de Jalisco, un nuevo y macabro hallazgo ha conmocionado a la sociedad mexicana. En una barranca de Zapopan, fueron encontrados restos humanos dentro de bolsas negras, evidencia tangible de la tragedia que azota a la región. Mientras el número de desapariciones sigue en aumento, los activistas y buscadores de personas denuncian la falta de acción y respuesta efectiva por parte del gobierno actual.
El descubrimiento de los restos humanos ha generado una profunda consternación entre los habitantes de Jalisco, que desde hace años luchan contra la ola de violencia y desapariciones forzadas que asola la región. La barranca de Zapopan, con sus oscuros secretos y desechos humanos, se ha convertido en un símbolo trágico de esta realidad desgarradora.
Organizaciones de derechos humanos y activistas han criticado duramente la falta de compromiso y acción del gobierno en la búsqueda y localización de las personas desaparecidas. Juan García, representante de una de estas organizaciones, expresó su indignación: “Estamos cansados de que las autoridades no hagan lo suficiente para resolver esta crisis humanitaria. La impunidad y la falta de recursos asignados a la búsqueda de personas son inaceptables”.
Los buscadores de personas, valientes individuos que han decidido tomar el asunto en sus propias manos, se enfrentan a un desafío cada vez mayor. Alejandra López, una activista de Jalisco que ha dedicado su vida a encontrar a personas desaparecidas, lamenta la falta de apoyo gubernamental: “Necesitamos recursos, equipos especializados, apoyo logístico y una coordinación efectiva. Es desgarrador ver cómo las familias siguen sufriendo sin respuestas, mientras el gobierno se queda de brazos cruzados”.
La crisis de personas desaparecidas en Jalisco no es un fenómeno nuevo, pero la falta de avances significativos en la resolución de los casos ha generado una creciente indignación. Los familiares de las víctimas claman por justicia y el fin de la impunidad que parece permear en el sistema de justicia.
Ante la presión de la sociedad civil, las autoridades han prometido acciones y reformas para abordar la crisis de desapariciones en el estado. Sin embargo, hasta el momento, estas promesas han sido recibidas con escepticismo debido a la falta de resultados tangibles y la continuidad de los casos sin resolver.
Mientras los restos humanos hallados en la barranca de Zapopan se convierten en una prueba más de la magnitud de la tragedia, la sociedad jalisciense clama por una respuesta efectiva y contundente por parte del gobierno. La vida de cada persona desaparecida es invaluable y merece una atención urgente y un compromiso genuino para resolver estos casos y garantizar.