Elizabeth Hernández
Organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos han exigido a las autoridades de Chiapas poner fin al proceso injusto contra dos presos tseltales, José Luis y César, quienes han sido acusados injustamente de varios delitos.
Información oficial indica que ambos hombres fueron detenidos de manera arbitraria en 2014, y sometidos a torturas para obtener falsas confesiones. Posteriormente, fueron procesados y sentenciados a largas penas de prisión sin pruebas contundentes en su contra.
Desde su detención en 2014, José Luis y César han sido víctimas de graves violaciones a sus derechos humanos, incluyendo maltrato, tortura, incomunicación y aislamiento. A pesar de ello, han mantenido su inocencia y han denunciado en reiteradas ocasiones la fabricación de pruebas en su contra.
La situación de José Luis y César ha sido denunciada por diversas organizaciones, incluyendo Amnistía Internacional, quienes han señalado que los derechos de los presos han sido violados de manera sistemática desde su detención.
Colectivos y activistas exigen a las autoridades de Chiapas que se revisen los casos de José Luis y César de manera imparcial, se investigue la tortura y maltrato que sufrieron, y se les brinde justicia.
La situación de estos dos presos tseltales es una muestra más de la grave situación de violaciones a los derechos humanos que se vive en México, donde la justicia no siempre es imparcial y la tortura sigue siendo una práctica recurrente en el sistema judicial.
Este caso es reflejo de como muchas personas son detenidos de manera arbitraria, sin pruebas contundentes en su contra y sometidos a torturas y maltratos para obtener falsas confesiones.
José Luis y César fueron detenidos tras oponerse a la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional en Chilón, Chiapas, dónde posteriormente fueron acusados de motín. Sin embargo, según las organizaciones, las pruebas presentadas en su contra fueron fabricadas y sus testimonios fueron obtenidos mediante torturas.
La situación de estos dos presos tseltales no es un caso aislado en México. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entre 2006 y 2019 se recibieron más de 15,000 denuncias por tortura y maltrato en el país.
Además, la justicia en México es muchas veces lenta e ineficiente, lo que ha llevado a que miles de personas sean detenidas injustamente y condenadas sin pruebas contundentes.
Detención arbitraria y tortura en Jalisco: Cristian busca justicia
Cristian Daniel Mejía Alvarado fue detenido de manera arbitraria y sometido a actos de tortura con la finalidad de que se declarara culpable de un delito que no cometió. El caso de Cristian no es aislado, sino que representa el uso indiscriminado de la tortura y la prisión preventiva prolongada en Jalisco.
Cristian fue detenido en enero de 2015 mientras se trasladaba a su casa con su familia. Fue sometido a tortura física, psicológica y sexual por tres días para que se declarara culpable de dos homicidios que no había cometido. Además, fue presentado ante los medios de comunicación como un delincuente, violando su derecho a la presunción de inocencia.
Desde entonces, Cristian ha permanecido privado de su libertad durante más de ocho años, tiempo en el que se le ha negado contar con otra medida alternativa a la prisión preventiva. A pesar de la fabricación del delito en su contra y la autoincriminación obtenida por la tortura sufrida, Cristian busca que se reconozca su inocencia y las violaciones a derechos humanos que ha sufrido.
El caso de Cristian es representativo del uso indiscriminado de la tortura en Jalisco en procesos de detención e investigación criminal, donde más de la mitad de las personas se declaran culpables con motivo de las amenazas y agresiones físicas que vivieron.