Los programas sociales que desarrolló el gobierno federal durante la pandemia de Covid-19 no fueron suficientes para frenar la enorme desigualdad que ya existía en México, y que se volvió más profunda tras esta crisis sanitaria, que arrojó a millones de personas a la pobreza extrema en todo el país, mientras que las fortunas de los mexicanos más ricos crecieron considerablemente en este mismo periodo.

El reporte “¿Quién paga la cuenta? Los mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas en México” elaborado por Oxfam destaca que en América Latina existen 91 personas cuyas fortunas superan los mil millones de dólares, conocidos como los super ricos de la región, y que de estos 15 son mexicanos.

Datos de este informe sobre economía y desigualdad en México durante la pandemia revelan que la fortuna de estos mexicanos súper ricos aumentó en 645 mil millones de pesos desde el inicio de la pandemia, una cifra que representa un tercio del valor que tenían antes y que revela las profundas desigualdades que tuvo esta crisis sanitaria en diferentes sectores sociales del país.

Por ejemplo, Carlos Slim aumentó su fortuna un 42% desde que inició la pandemia de coronavirus, es decir que por cada hora sumó 20 millones de pesos a un patrimonio que ya concentra más riqueza que la mitad de la población en México, algo que no se ve reflejado en los impuestos y contribuciones obligatorias de este empresario al país.

El reporte de Oxfam muestra que por cada 100 pesos de riqueza que se crearon durante la pandemia de coronavirus en México, 21 fueron a parar al bolsillo del 1% más rico del país, mientras que la mitad de la población más pobre sólo recibió 40 centavos de este capital; la balanza también muestra que aquellos con ingresos por encima de los 500 millones de pesos al año solo representan un 0.03% de la recaudación total de impuestos federales.

Pero esta disparidad no se limita únicamente a los super ricos de México, los datos señalan que las grandes empresas del país pagaban hasta 2021 tasas efectivas de Impuestos Sobre la Renta (ISR) que iban del 1 al 8% de todas sus ganancias, un porcentaje de hasta 29 puntos por debajo de los que establece la ley, y que pesar de los esfuerzos por aumentar estos montos, el gobierno federal no ha implementado una reforma fiscal progresiva que permita disminuir esta brecha.

México permanece como la nación con menor recaudación de impuestos a la riqueza entre las grandes economías de la región que promedian un total de 2.57% de ganancias en este rubro frente a los 0.34 puntos porcentuales que se logran en el país.

Alexandra Haas, directora ejecutiva de Oxfam México, destacó que cobrar un impuesto federal del 5% a estas grandes fortunas permitiría recaudar hasta 270 mil millones de pesos por año, lo que permitiría aumentar el gasto en salud pública hasta en un 40% en todo el país, y agregó que “estamos en la misma tormenta, pero no en el mismo barco. Mientras la mayoría luchamos por mantener nuestro barquito a flote, los súper ricos nos observan con desdén desde sus gigantescos yates”.

Los datos del reporte también alertan que de cada 100 pesos que gasta el gobierno, 40 se destinan a compromisos obligatorios como pagos de deudas y pensiones, lo que ha reducido significativamente el presupuesto para crecer otros rubros como programas sociales, inversión y expansión o mantenimiento de servicios públicos.

Carlos Brown, gerente de fiscalidad de Oxfam México, afirmó que “necesitamos romper los mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas mexicanas. En nuestro informe mostramos que los ricos no ganaron su fortuna echándole ganas, y siguen sin pagar lo que les toca” y agregó que “la pandemia es la mejor muestra, mientras millones de personas batallábamos con el día a día durante la pandemia, los 15 super millonarios mexicanos se enriquecían aún más”.

“Los impuestos a las grandes fortunas forman parte del pasado de México y son parte del futuro de América Latina. La desigualdad no es natural, es una decisión política. Si queremos continuar separando el poder económico del político, es fundamental una reforma fiscal progresiva”, sentenció Hass Paciuc durante la presentación de este informe.