Elizabeth Hernández

En México los esfuerzos para erradicar la pobreza han permanecido estancados por dos décadas sin que los programas sociales de gobiernos locales, municipales o federal tengan un impacto real en las condiciones que limitan el desarrollo de millones de personas a lo largo de todo el país.

Datos actualizados de la organización “Acción Ciudadana Frente a la Pobreza” revelan que cuatro de cada 10 personas en México vive en estas condiciones, y que esta proporción no ha presentado ningún cambio sustancial desde 2008, cuando se instaló una metodología multidimensional para poder medir este indicador.

Estos indicadores también muestra que el 53% de la población del país vive en pobreza por ingresos, es decir que no se cuenta con el dinero suficiente para comprar una canasta básica y cubrir los gastos salud, una cifra idéntica a la que reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hace tres décadas.

Aunque estos porcentajes se mantienen sin cambios sustanciales a través de las décadas, el número de personas en esta condición si ha aumentado dramáticamente en el país; de hecho, en la última década se registró un incremento de 12 puntos porcentuales en este indicador, lo que representa seis millones de nuevos pobres en México durante ese periodo.

El informe también resalta que la pobreza es un problema generalizado en todo el país, y aunque los porcentajes de incidencia más altos se encuentran al sur del territorio, el norte también registra miles de personas en estas condiciones desiguales que afectan directamente a su desarrollo.

Baja California es la entidad con el menor porcentaje de población en pobreza del país con 23 puntos, una cifra muy alta en comparación con las metas de desarrollo social ideales para una economía del tamaño de México, lo que representa un total de 851 mil 700 personas en estas condiciones.

Los estados de la frontera norte tienen los porcentajes de población en pobreza más bajos del país, pero esto se debe al fuerte intercambio comercial que existe en la zona y no a los programas de desarrollo social, que además operan con menor frecuencia en esta región del país.

En contraste, la entidad con mayor porcentaje de población en pobreza del país es Chiapas, en donde 8 de cada 10 personas viven en estas condiciones de desigualdad; una de las principales razones de este rezago es el maltrato institucional que reciben los pueblos indígenas de la región, así como la falta de oportunidades de desarrollo enfocadas en las necesidades reales de estos grupos.

La entidad con el mayor número directo de personas en pobreza es Estado de México con 8 millones 342 mil personas en esta condición, una cifra que representa el 49% de toda su población, y que contrasta con la posición privilegiada que ocupa esta localidad por su Producto Interno Bruto (PIB) que es equiparable a la economía de Nueva Zelanda.

En cuanto a la incidencia de pobreza por grupos específicos, la población indigena obtuvo el mayor indicador con 73%, una cifra que casi se duplica frente a quienes no pertenecen a estos grupo; los datos muestran que este porcentaje dió un salto de 3 puntos desde que inició el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Las mujeres también enfrentan mayores niveles de pobreza y rezago en el país ya que 8 de cada 10 personas de este género que trabajan no perciben ingresos suficientes para comprar dos canastas básicas; en cifras llanas, existen 16 millones de mujeres en estas condiciones en México, lo que incrementa la brecha de oportunidades y aumenta la violencia económica hacia este grupo.

El porcentaje de mujeres que no cuentan con ingresos suficientes es 13 puntos por encima de los hombres en el país, algo muy similar a lo que sucede con la población entre 15 y 29 años que también experimentan una gran desigualdad salarial.

SALARIOS NO DIGNOS, MÁQUINAS DE POBREZA

Los expertos que participaron en este informe sostienen que una de las principales causas de la pobreza en México es el estancamiento del salario básico por más de dos décadas, algo que no es compatible con la inflación y el encarecimiento que si afecta los otros aspectos económicos de la población.

México es el país con el salario promedio más bajo entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con menos de 2 mil dólares mensuales en paridad al poder adquisitivo, una cifra preocupante ya que revela el estancamiento de este indicador en los últimos 20 años.

Datos del Observatorio de Trabajo Digno muestran que en México “hay millones de trabajos que son fábricas de pobreza” ya que 7 de cada 10 personas que tiene un empleo no ganan lo suficiente para comprar dos canastas básicas al mes, una cantidad muy similar a quienes trabajan por su cuenta.

Pero esto no se limita al comercio informal, de hecho los expertos de esta organización apuntan que culpar a este tipo de negocios es “una justificación simplista”, especialmente porque existen más de 6 millones de personas que laboran sin un salario digno en empresas medianas o grandes de todo el país.

De hecho, 6 de cada 10 trabajadores de compañías económicamente grandes no tienen ingresos suficientes para cubrir sus necesidades, mientras que esta cifra se dispara hasta 78% en las microempresas.

Estas cifras demuestran que la pobreza en México, así como los factores de desigualdad que se acentúan en estas condiciones, debe afrontarse con un enfoque diferente que ponga al centro el bienestar social más allá de los programas asistencialistas que pocas veces son transparentes.

Combatir la pobreza, marginación y desigualdad debe convertirse en un acción urgente de todos los niveles de gobierno con el fin de ofrecer mejores oportunidades de desarrollo a los más vulnerables en el país.

La lucha contra la pobreza es también un paso frente a los grupos del crimen organizado en el país, que explotan las condiciones de escasez y marginación de la población para nutrir sus filas e inundar el país en violencia.